La ley de medios es una ley que establece las pautas que rigen el funcionamiento de los medios radiales y televisivos en la República Argentina. Esta legislación fue promulgada el 10 de octubre de 2009 por el Poder Ejecutivo y reemplazo a la Ley de Radiodifusión, que había sido promulgada en 1980 por la dictadura militar.
Su objetivo es la regulación de los servicios de comunicación audiovisuales en todo el territorio nacional.
La ley de medios regula la adjudicación de licencia de señales, como por ejemplo:
●Una empresa no puede tener licencia de cable y a la vez canales de aire.
●La ley limita la cantidad de abonados a una empresa de cable que no debe superar el 35 % del total.
●El 33% del espacio audiovisual está destinado a organizaciones sin fines de lucro (iglesias, universidades, etc.)
● Los partidos de futbol se podrán ver gratis por televisión abierta.
Esta ley de medios es importante porque reemplaza a la antigua ley que fue impuesta por la Dictadura. Sostiene que la comunicación es un bien cultural por lo tanto todos los ciudadanos tienen derecho a dar, buscar, recibir y difundir información sin censura.
El propósito de esta ley es desconcentrar el mercado de los medios de radiodifusión y permitir que nuevos inversores, medios comunitarios y asociaciones sin fines de lucro entren a este mercado.
Sin embargo, hay opiniones que se oponen a esta ley y sostienen que el gobierno la sanciono con el solo objetivo de controlar los medios de comunicación para usarlos como medios de dominación y como instrumento para destruir a su “enemigo” que es el grupo Clarín, a partir del artículo 161 que lo obliga a vender licencias (que el estado le dio legalmente mucho tiempo antes)
Por otro lado, el gobierno permite la creación de “grupos mediáticos oficiales” y los apoya dándoles la mayor parte de la publicidad oficial. Estas acciones van en contra de la libertad de expresión. Para terminar voy a citar las palabras de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz:
“La nueva ley de servicios y medios audiovisuales debe abrir espacios de libertad de expresión y valores que nos permita construir un nuevo amanecer de la Patria. Una palabra, una pertenencia y pensamiento olvidado, que debemos recuperar. La dominación no comienza por lo económico, comienza por lo cultural”